Hasta pasadas unas pocas semanas de Junio, el tiempo no se estabilizará del todo y no se instalará el verano como tal, el 21 de dicho mes.
Estos meses de primavera han sido, como cualquier otro año, de locos. Un día hace mucho calor y al otro frío y lluvia. Pero así es la primavera, antojista y cambiante.
Un día no hay nada, y al siguiente encontramos que han florecido la mayoría de las especies del jardín. Y como unas aparecen otras desaparecen.
Es una época cambiante, donde nada es lo que parece. Una época de tránsito, que nos lleva desde el frío invierno al verano.
Cuando encontramos nieblas en las mañanas, lluvias intensas e incluso granizo, y arcoiris iluminados con un telón de fondo oscuro y gris.
No sé quien es el autor de la foto, pero al verla te hace pensar en que sin todos esos cambios inesperados, que a priori no entendemos bien, no llegaríamos a ver o vivir escenas tan bellas como esta.
No entendemos por qué ocurren, ni hacía dónde nos dirigen, y la mayoría de las veces parece que estamos perdidos o fuera de lugar.
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